En la tarde del sábado 25 de noviembre de 1961, hace 50 años, se rompía el muro de contención del arroyo del Tamarguillo tras las intensas lluvias, provocando una de las mayores inundaciones en la ciudad que se recuerdan.
El agua cubrió totalmente el almacén donde se guardaban los pasos y enseres de cultos, que quedarían inutilizados, al igual que el propio almacén, situado en los sótanos de una casa de la calle Luis Cadarso.
Ante estos graves acontecimientos, y no disponiéndose de sitio donde dar cobijo a los restos del paso del Señor, que apareció flotando en el agua, así como el resto de enseres, se solicitaría al Exmo. Sr. Duque de Alcalá su acogida en el Palacio de la Casa de Pilatos, en el que se llevaría a cabo la restauración del paso.
Con fecha 18 de diciembre de 1961 y 1 de marzo de 1962, la Hermandad de la Esperanza Macarena lamentaría las grandes pérdidas ocasionadas con motivo de las trágicas inundaciones.
Finalmente, la Hermandad de San Roque aceptaría el ofrecimiento de esta hermandad, consistente en las flores, enseres y dosel macareno para el exorno de los cultos de Triduo y Besamanos que no se pudieron celebrar en diciembre, colaborando en el montaje del altar el prioste de la Hermandad de la Macarena y hermano de la de San Roque, D. José Mena Martagón. Dicho montaje se llevaría a cabo en la Cuaresma de 1962, teniendo lugar los cultos del 17 al 19 de marzo.
Posteriormente, en testimonio de agradecimiento por el apoyo recibido, le sería concedida la medalla de oro, primera que otorgaba la hermandad, sumándose igualmente al júbilo por la coronación canónica de la Esperanza Macarena.